domingo, 1 de mayo de 2011

Un gobierno pobre y torpe

Un gobierno pobre y torpe

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Estamos conscientes respecto a que el gobierno debe fortalecerse, debe tener mayores ingresos y mejores funcionarios.

Cuando el doctor Alberto Fuentes Knigth renunció al cargo de ministro de Finanzas, se especuló respecto a que durante la gestión del ingeniero Álvaro Colom no habría reforma fiscal y que, por el contrario, la escasez de recursos públicos se prolongaría a lo largo de su gestión. El implacable paso del tiempo confirmó lo anterior. Ahora el presidente Colom lanza un desesperado llamado a los partidos políticos representados en el Congreso, para que aprueben con urgencia dos leyes específicas (eliminar el secreto bancario y la evasión fiscal) y una serie de préstamos que eviten el colapso fiscal. Los escuálidos ingresos del Estado, no le permiten a la actual administración cubrir los gastos de funcionamiento, tampoco inversión en obra pública y la puntual cancelación de la deuda. Como último recurso el presidente Colom se aferra al brazo de la comunidad internacional y al colectivo de los embajadores más influyentes acreditados en Guatemala, quienes siempre han externado que es imposible generar un desarrollo sostenible en Guatemala si no se incrementan los recursos públicos. 

Evidentemente, al presidente Colom lo motivan dos instancias: no terminar su gestión con una mayor ineficiencia operativa  y fortalecer el gasto público con objeto de promover una efectiva presencia gubernamental en época electoral. El partido de gobierno está urgido de recursos porque sin éstos no podrán lograrse las metas establecidas en los programas de Cohesión Social, tampoco se consolidará un funcional sistema de justicia, no habrá seguridad ciudadana ni servicios públicos esenciales como atención a la educación y la salud. Pero el Presidente tiene tres instancias en su contra: 1. No ha demostrado habilidad en la consecución y la asignación precisa de recursos públicos, la ineficiencia y la corrupción persisten. 2. No ha demostrado un combate frontal a la corrupción, mediatizando este fenómeno a través de pocos casos paradigmáticos que no muestran celeridad en cuanto a la finalización de los procesos y la emisión de sentencias. 3. Nadie duda de que la urgencia de captar recursos se orienta principalmente hacia el objetivo de promover una mejor imagen del partido oficial. Obras a cambio de votos. 

Hay consenso respecto a que el Gobierno de Guatemala debe fortalecerse, debe tener mayores ingresos, mejores funcionarios (honestos y capaces) y promover políticas públicas precisas, exitosas y sustentables en el contexto de una agenda de Estado de largo plazo que no se altere cada cuatro años. Pero es evidente que en las actuales circunstancias el actual gobierno no cuenta con los requisitos básicos para comandar una tarea de tal envergadura. Lo más probable es que —gracias a las presiones emanadas de las embajadas más influyentes— sólo se logre una solución transitoria respecto al problema fiscal. Algo es obvio: el sector privado organizado, reacio secularmente al pago de impuestos y la oposición política, no apoyará al presidente Colom en este intento. A corto plazo seguiremos igual, con un gobierno pobre y torpe.

Manuel R. Villacorta O.

manuelvillacorta@yahoo.com

 

 

 

http://s21.com.gt/opinion/2011/05/01/gobierno-pobre-torpe

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