En su columna del dia sabado recien pasado; desplego con arte y ciencia, mi parecer sobre la izquierda guatemalteca... el articulo se los reproduzco aqui... el original esta aqui.
Ya no se oyen aquellos discursos cuyo principal argumento era “la reivindicación de las masas del proletariado” ni tampoco se toman las armas para lograr los objetivos. Hoy la estrategia es otra, y se basa en la destrucción del capital, en evitar la inversión y conseguir así que los niveles de pobreza aumenten para que cale cualquier discurso populista.
Es increíble pero hasta el deseo de que la educación siga siendo de pésima calidad es parte de la estrategia, como lo vimos con las pretendidas reformas al sistema educativo que bloquearon Joviel Acevedo y sus aliados en el Congreso y un tibio Ejecutivo. El objetivo, mantener a la población lo menos educada posible para que sus mentiras sean aceptadas, pues gente con preparación jamás haría caso de sus patrañas.
Hemos visto cómo en algunos países latinoamericanos, por medio del voto popular, han llegado gobiernos con una clara inclinación ideológica de corte comunista y otros con posiciones menos radicales, pero que al final de cuentas apelan a que la tendencia sea irreversible. Los actores ya no son los mismos, algunos de los viejos hasta navegan con bandera de democráticos y gozan de las mieles del poder, pero los preceptos y lineamientos de base obedecen hoy más que nunca a políticas socialistas, con una diferencia cualitativa con las implementadas en décadas pasadas, en donde la consigna “el proletariado al poder” tenía en el enfrentamiento armado la punta de lanza para socavar la estructura económica y política imperante.
Ahora resulta que la confrontación es por los recursos naturales, por la inversión, por la producción, y varias industrias son objeto de ataque por parte de los disfrazados, con nombres diferentes, que son aprovechados por el movimiento ideológicamente definido, como son los ambientalistas radicales, la Iglesia Católica y lógicamente los políticos corruptos que con tal de lograr réditos obstaculizan las actividades productivas, manipulando masas, y vemos a algunos en el Congreso, presentando iniciativas de ley que afectan a todo lo que pudiese generar empleo.
Hoy, por ejemplo, oímos ante la crisis mundial que el capitalismo ya caducó, que el modelo económico ya está en total decadencia, y nos preguntamos: ¿Cuál es el modelo económico de ellos? ¿Será el de fracasado marxismo leninismo? Nos gustaría que los señores de la izquierda nos explicaran el porqué del aumento de las inversiones en Estados Unidos, que según los organismos multilaterales de crédito es el país del mundo que más inversión está recibiendo en este trimestre y la gente de todas partes se aglutina para obtener bonos del tesoro de ese país.
¿Estarán locos los que están poniendo su plata en lugar tan inseguro? Por supuesto, nadie está invirtiendo en Venezuela, Bolivia, Cuba o Ecuador, menos en Nicaragua. Lo incongruente de las personas que se oponen a todo es que no protestan en los países que les dan el apoyo ideológico y financiero. No hay protestas en Venezuela ni en Ecuador, ni en Bolivia por la explotación minera. No se oponen allí a la explotación petrolera; ellos aprovechan al máximo sus recursos naturales y nosotros podemos ser como los mendigos de los cuentos de hadas, durmiendo sobre un cofre lleno de tesoros, pero maldiciendo nuestra pobreza y mendigando, en nuestro caso, caridad internacional.
Vemos ahora que el nuevo ordenamiento de la izquierda en los países tercermundistas, las industrias minera, petrolera, maquilera —dentro del contexto ambiental y social—, es y será para los siguientes años su nuevo laboratorio de praxis y lucha ideológica. ¡Conozcámolos!
Es increíble pero hasta el deseo de que la educación siga siendo de pésima calidad es parte de la estrategia, como lo vimos con las pretendidas reformas al sistema educativo que bloquearon Joviel Acevedo y sus aliados en el Congreso y un tibio Ejecutivo. El objetivo, mantener a la población lo menos educada posible para que sus mentiras sean aceptadas, pues gente con preparación jamás haría caso de sus patrañas.
Hemos visto cómo en algunos países latinoamericanos, por medio del voto popular, han llegado gobiernos con una clara inclinación ideológica de corte comunista y otros con posiciones menos radicales, pero que al final de cuentas apelan a que la tendencia sea irreversible. Los actores ya no son los mismos, algunos de los viejos hasta navegan con bandera de democráticos y gozan de las mieles del poder, pero los preceptos y lineamientos de base obedecen hoy más que nunca a políticas socialistas, con una diferencia cualitativa con las implementadas en décadas pasadas, en donde la consigna “el proletariado al poder” tenía en el enfrentamiento armado la punta de lanza para socavar la estructura económica y política imperante.
Ahora resulta que la confrontación es por los recursos naturales, por la inversión, por la producción, y varias industrias son objeto de ataque por parte de los disfrazados, con nombres diferentes, que son aprovechados por el movimiento ideológicamente definido, como son los ambientalistas radicales, la Iglesia Católica y lógicamente los políticos corruptos que con tal de lograr réditos obstaculizan las actividades productivas, manipulando masas, y vemos a algunos en el Congreso, presentando iniciativas de ley que afectan a todo lo que pudiese generar empleo.
Hoy, por ejemplo, oímos ante la crisis mundial que el capitalismo ya caducó, que el modelo económico ya está en total decadencia, y nos preguntamos: ¿Cuál es el modelo económico de ellos? ¿Será el de fracasado marxismo leninismo? Nos gustaría que los señores de la izquierda nos explicaran el porqué del aumento de las inversiones en Estados Unidos, que según los organismos multilaterales de crédito es el país del mundo que más inversión está recibiendo en este trimestre y la gente de todas partes se aglutina para obtener bonos del tesoro de ese país.
¿Estarán locos los que están poniendo su plata en lugar tan inseguro? Por supuesto, nadie está invirtiendo en Venezuela, Bolivia, Cuba o Ecuador, menos en Nicaragua. Lo incongruente de las personas que se oponen a todo es que no protestan en los países que les dan el apoyo ideológico y financiero. No hay protestas en Venezuela ni en Ecuador, ni en Bolivia por la explotación minera. No se oponen allí a la explotación petrolera; ellos aprovechan al máximo sus recursos naturales y nosotros podemos ser como los mendigos de los cuentos de hadas, durmiendo sobre un cofre lleno de tesoros, pero maldiciendo nuestra pobreza y mendigando, en nuestro caso, caridad internacional.
Vemos ahora que el nuevo ordenamiento de la izquierda en los países tercermundistas, las industrias minera, petrolera, maquilera —dentro del contexto ambiental y social—, es y será para los siguientes años su nuevo laboratorio de praxis y lucha ideológica. ¡Conozcámolos!
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